Lo que el ojo no ve

Quizá la física, impulsada por el impacto que siempre produce la primera mirada, se haya querido erigir en la principal de las discapacidades. Desde luego, junto al primer imperio construido por la ONCE con la visual, siempre ha sido la que más voz social ha tenido. Una voz que se ha dedicado demasiado a subrayar la evidencia de lo que nos diferencia, mucho más que a poner en valor todo lo que nos une y acerca. Convivamos más y mirémonos menos. Pero eso ya es una temática de otra reseña. O de una conferencia en sí misma. De los pies a la cabeza.

Aquí hemos venido a hablar de la salud mental, porque el movimiento Mayember nos invita a hacerlo cada mes de mayo en Zaragoza. La OMS considera que uno de cada cinco jóvenes españoles cumplirá con los requisitos necesarios a lo largo de su vida para desarrollar un trastorno mental. Hoy lo sufren hasta 450 millones de personas en todo el mundo. El dato es un drama. Qué estamos haciendo tan mal para vivir en la angustia permanente. Es imposible una vida sin preocupaciones, pero es insoportable que éstas la desequilibren y la arruinen.

Cuidemos la salud mental: la nuestra y la del resto. Impacta mucho no tener brazos y hacer las cosas con los pies. Pero lo verdaderamente importante, como casi todo en la vida, es lo que el ojo no ve porque habita por debajo de la superficie. Nota mental.