Un puente interior

Pocas horas después de que concluyera el puente más festivo y con mayor sensación de libertad de toda España, el de mediados de agosto, volvimos a ingresar voluntariamente en el centro de menores de Juslibol, donde ya estuvimos el febrero pasado y donde nuestro ciclo social nos lleva dos veces al año.

Una veintena de chicos del módulo A se reunieron con toda la atención para descubrir una charla que compartió mensajes con los que pudieron sentirse identificados e incorporar para lo que les queda de vida, que es casi todo. Muchos ojos brillaron cuando se les ponía en valor que su futuro puede ser mejor de lo que cualquiera puede esperar si comienzan a creer en ellos y a construirse desde dentro. Nunca es tarde para levantar puentes que conecten la mente y el alma

Volveremos otras dos veces en 2026, por supuesto. Ojalá haga cada vez menos falta. Pero mientras sea necesario, seguiremos creyendo en quienes menos se cree. Porque nunca es tarde para mejorar el aparente rumbo de nuestra vida.

 

0
Comments

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

© 2025 De los pies a la cabeza