Un techo retráctil… para el Solarium
Escribimos en A LA CONTRA y no en, pongamos, A rebufo porque, imperfectos sobre todas las cosas, tratamos de que la realidad nos guíe sin absorbernos. Imaginen que dejamos volar el pensamiento… Pensar debería de estar tan bien considerado que tendrían que enseñarnos desde pequeños. Pero, por muy musculada que se tenga la costumbre, se trata de un deporte de riesgo: las garantías totales nunca existen. Pensar es una inversión que no siempre paga. Y justo ahí está el Cabo de Hornos de todo esto, del periodismo también: aceptar el desafío de levantar la mirada y tratar de advertir hacia dónde llevan las últimas pisadas o limitarse a mirar las huellas recientes y seguirlas sin plantearse nada más; sin plantearse siquiera que lo importante nunca fue pisar, sino dejar huella. Llevando la filosofía al Bernabéu, las pisadas hablan de 13 goles a favor y cero en contra en tres partidos. ¿Será ésta la manera para seguir dejando huella, ahora que no se pisa con las botas de CR7?
Aquí se ofrece una experiencia, sin seguir ningún dogma. Siempre es buena ocasión para llamarnos a las filas de la reflexión: considerado o no, nuestro mayor patrimonio reside en el raciocinio. Y aquí sí, el hábito hace al monje. Por eso, y porque A LA CONTRA nos cobija y personaliza, en esta primera tarde de cierta paz interior en el Real Madrid, donde la celebrada vuelta de Jordi Alba y la entereza de Luis Enrique para priorizar el bien general titulan la actualidad deportiva, conviene reservar un destacado en el kiosco blanco y anunciar que quizá se deba de proyectar un techo retráctil… para el Solárium.
Un techo no tiene porque ser bajo, un techo para pelear la cuarta Champions consecutiva sería… CONTINUAR LEYENDO EN ALACONTRA