El cíclope que ilumina las miradas
Según cómo se mire, un desprendimiento de retina hace perder la vista… o ganar la ceguera. La frase es bandera personal de quien, en la frontera de los 21 años, subió la española a lo más alto del podio paralímpico de Pekín 2008… ¡en cuatro ocasiones!, fijando a bocanadas de aire masticado un hito aún sin precedentes en nuestro deporte. El brillo deslumbró hasta a los menos atentos, pero ésta no es una historia de un ganador unidimensional. Aquí el todo reluce más que cualquiera de sus oros. Y que todos juntos.Hay una línea muy fina entre el éxito y el exitismo, entre ser exitoso y exitista.
Ser el mejor o ser lo mejor. Competir contra los demás o hacerlo con uno mismo. Nunca consistió en el cuánto, sino en el cómo. Porque el cómo depende de uno y es lo que siempre está en nuestras manos. De él también dependió ascender el Kilimanjaro (la cima más alta de África) y completar el IronMan de Lanzarote en 2014, uno de los más draconianos y desafiantes del mundo.
Ser el mejor o ser lo mejor. Competir contra los demás o hacerlo con uno mismo. Nunca consistió en el cuánto, sino en el cómo. Porque el cómo depende de uno y es lo que siempre está en nuestras manos Clic para tuitearENHAMED ENHAMED, invidente desde los ocho años de su nacimiento en Las Palmas de Gran Canaria, es un cíclope que todo lo percibe e ilumina la mirada del resto. Emergió de sus mejores laureles para desarrollar su segundo yo, “proporcionando un método a las personas para que encuentren la manera de tener un estilo de vida de Alto Nivel. No vivir tu vida, no ser tú, eso es un fracaso”. Coach ejecutivo, deportivo y personal, duplica su nombre como multiplicaba su figura mientras devoraba éxitos en las piscinas más exigentes donde, a brazada limpia, se resuelven los pleitos entre los muy buenos y el mejor. El mejor en ese momento, claro. Porque nada es para siempre, aunque determinadas miradas deberían serlo.